"Non sei"; no sé. Es la expresión más presente en esos diálogos padre e hijo, y es ese doloroso desconocimiento, ese sentimiento de pérdida el que nos asalta a los lectores de esta muy renombrada obra, presente en tantas y tantas selecciones de Lo mejor de los últimos, digamos, cien años. Una historia de puritita supervivencia sin esperanza, sin pájaros, entre el gris, la desolación, el frío el hambre y el miedo. Debes dejarlo marchar. No puedes soñar un mundo mejor, no puedes soñar en tu pasado, que fue mejor: eso es rendirse, tirarse al lado de la carretera y esperar el fin. El estilo es tajante, desnudo: sin capítulos, prolongando la angustia, frases y diálogos cortos y cortantes, sin florituras, sin tregua. Nos deja estremecidos, desecados, desgastados, "sin cuento ni calendario", el fuego interior palpitando bajito, bajito. |