La reconocida autora de “Mujercitas” nos sorprende con una novela corta y con leves elementos góticos. Lady Trevlyn y su hija Liliana son parte de una historia que se teje con secretos del pasado de Richard Trevlyn –el esposo fallecido– y personajes misteriosos, aunque quizás un poco obvios. Amores no correspondidos, profecías, maldiciones, llaves que abren revelaciones y mujeres de salud delicadas son los condimentos de este libro que Alcott escribió porque era lo que más se leía en la época. Se lee muy rápido –lo terminé en un día y haciendo pausas como cualquier ser humano– y engancha. El tema es ese: solo me enganchó y no disfruté la historia. Dicen que Alcott tomó algunas cuestiones de “Jane Eyre”, pero claramente no se acerca a la novela de Brontë. Y no está mal, porque nadie le pide que la emule. Solo digo que esa cantidad de elementos que captan el interés del público –sobre todo el coqueteo y el amor imposible– me pareció excesiva y que el final es débil. Igual se las recomiendo a las personas que necesiten leer algo rápido y que no sean fans de los clásicos largos. |