Los príncipes azules también destiñen

Desde el principio me ha dado la impresión de que Megan Maxwell está creando un libro tras otro con la esperanza de conseguir un bombazo similar a Cincuenta sombras de Grey, pero "made in Spain". Su estilo no cambia un ápice de uno a otro: simple, con diálogos largos y repetitivos, y una narración tan insulsa... Me molesta leer libros con descripciones tan pobres que pasan desapercibidas y con diálogos taaaaan cargantes.

Tiene un ritmo rápido, demasiado rápido. Cuenta en un espacio muy corto cosas que suceden a lo largo de años. Aparecen muchos personajes y se hace confuso saber quién está hablando, y a veces los secundarios eran más interesantes que la pareja protagonista.

Al principio puede enganchar el tema de los huérfanos hawaianos que surfean y conocen a las chicas un verano, pero hacia la mitad pierde interés porque la trama es más de lo mismo (que si te quiero, que si te odio...) Se trata de un amor pegajoso desde los primeros capítulos y ya se sabe cómo va a acabar: "Vivieron felices y comieron perdices". Estoy cansada del amor a primera vista. Podría haber sido un libro mejor... pero no.

Era la segunda y última oportunidad que le brindaba a esta mujer, y me temo que no ha superado la prueba.

Saludos ;)