Esta es, sin duda, la novela de Megan Maxwell que más me ha gustado. Se trata de un drama en el que vemos crecer a los personajes desde que son niños, hasta que se enfrentan a la edad adulta, donde se centra finalmente la trama principal de la historia. Con delicadeza, Megan consigue transmitir el dolor y el miedo de los protagonistas, así como sus alegrías, vivencias, aciertos y errores. El hecho de que la historia haga pensar y transmitir sentimientos encontrados al lector, hace que la puntúe tan positivamente. |