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En esta obra Megan Maxwell viene dispuesta a hacernos sufrir, si, sufrir, ya que se trata de una historia bonita aunque triste. Nos encontramos con la historia de Alba y Nacho, dos amigos que las circunstancias de la vida ha unido como hermanos, hasta el punto de ser inseparables. Pero cuando ambos crecen, se ven distanciados en diferentes caminos que se cruzarán con una trágica noticia, Nacho está enfermo y Alba ha decidido darlo todo por él. Sin lugar a dudas es una novela que recomiendo a todo el mundo, eso sí, tened pañuelos a mano porque os hará llorar. Es una historia que nos enseña que la familia no tiene porque ser solo lo que la sangre une, si no las personas que elegimos o que nos eligen. Aquellos que están ahí cuando los demás nos fallan. He de reconocer que es una historia dura, que encoge el corazón en numerosas ocasiones, pero que sin duda merece la pena leer. |
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