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Siempre me han encantado los libros de esta autora. Para mí son libros superligeros que siempre me sacan una sonrisa y me entretienen muchísimo. Normalmente son de romance y están cargados de clichés, que a mí me encantan, pero que hacen que al empezar a leer sepas por dónde va a salir más o menos el libro y preveas un poco el desenlace. Y este libro no es así. Es algo totalmente diferente a lo que nos tiene acostumbrados la autora. Si que es verdad que coincide con los demás en que te despierta los sentimientos y hace que estén a flor de piel. Pero con este libro se ha superado. Creo que la autora debió de sacar a través de su pluma todo lo que tenía en su interior, inundando las páginas de ternura, de cariño, de amor, de amistad, de sentimientos... Es una novela preciosa, a la par que triste. Sin duda me ha tocado el corazón y será muy difícil que olvide a sus protagonistas y a ese amor tan maravilloso que se tienen. Si buscas una historia de romance, está no lo es, pero si buscas un libro que te haga sentir, no lo dudes, es tu libro. Eso sí, preparad pañuelos porque os van a hacer falta, yo no soy nada llorona y he llorado como un bebé. Yo he ido a ciegas, sin leer la sinopsis ni saber el tema exacto del libro y creo, sin duda, que es la mejor manera de disfrutarlo. Os recomiendo que lo leáis a ciegas igual que yo. Solamente me queda felicitar a Megan por un libro tan maravilloso, que sin duda se va a quedar siempre conmigo y que pasa a ser uno de mis favoritos. Os animo a que vosotros también lo leáis, porque creo que realmente merece la pena. |
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