[...]: un chico del norte, parlotearon, de piel blanca pero bronceada por el sol, melena negra y brillante.Guapo como el diablo, lo describieron, fuerte y ágil como un león y más robusto si cabe. Misterioso espadachín, ojos de brujo, lengua de poeta, manos de artista y con una cola como la de un caballo, aseguraban entre risas.
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