El baile de las locas

El baile de las locas, un libro que conoció gran éxito de publicación, obteniendo por lo menos 6 premios. Una película se estrenará en septiembre 2021, dirigida por Mélanie Laurent (y en el rol de la enfermera jefe).

El tema del libro es apasionante y narra hechos acaecidos en Francia a finales del siglo XIX cuando la Psiquiatría se va a separar de la Neurología gracias a los trabajos clínicos de Charcot.

En aquella época se internaba a las mujeres en manicomios por razones heteróclitas y opuestas : enfermedades mentales, enfermedades neurológicas, problemas sociales (alcoholismo, prostitución, mendicidad, desorden público) e incluso se internaba a mujeres sanas por desobediencia a la autoridad patriarcal, que era la única reconocida. La otra alternativa era el convento.
Todas internadas, algunas de por vida en condiciones carcelarias, miserables, vergonzosas.
(Aquí un pensamiento hacia Camille Claudel, la gran artista, amante de Rodin, quien fue internada 30 años !)

Una de las pocas diversiones para estas mujeres era el baile de disfraces anual, durante la Cuaresma que organizaba en Paris el jefe de Servicio en el hospital de la Salpétrière, el gran doctor Charcot.
Para este evento las pobres mujeres se preparaban con fervor y un selecto grupo de la burguesía parisina acudía en masa para presenciar con delicias morbosas algunas escenas grotescas, algunas escenas de histeria, crisis de epilepsia, desmanes de todo tipo. Mientras más truculento, mejor. Un verdadero « pan y circo » para este público.
Charcot, de 60 años al momento del relato, está en la cima de su fama y poder, gran médico descubridor de enfermedades neurológicas, interesado por la histeria y utilizando la hipnosis para provocarla. Un personaje muy admirado en su época, pero a mi parecer, sin empatía hacia sus pacientes, carente de inteligencia emocional, dirían hoy : eran sólo « casos », no eran personas, tan diferentes unas de otras.

La novela de Victoria Mas cuenta en detalle todo ese ambiente, esa mezcla infame de casos humanos que no tenían nada que ver con patología y también algunos casos individuales como el de Eugènie, una chica de buena familia que el padre internó cuando supo que creía comunicar con los muertos. También narra la historia de la enfermera jefe, una mujer psico-rígida, hija de médico de provincias y que sigue perturbada por la muerte de su hermana. Y tantos otros casos de pobres mujeres abandonadas de todos, no siempre locas caricaturales.
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