Euforia

Quiero creer que entraba en los billares como he entrado en los sitios desde entonces: asombrado por todo lo que existe,
buscando tropezar con un secreto
de no sé muy bien qué,
cómo ni cuándo.

Soy casi indestructible, porque tuve
una niñez feliz,
porque me amaron
y supe que me amaban, y aún lo sé.

Y por mucho que el arte
aspire a levantar
un memorial de agravios contra el mundo, el arte, al fin y al cabo, es una forma de celebración,
nuestro aplauso, en el mundo, a lo que somos.

En no poder borrar, durante el sueño,
nuestra idea del mundo hay una forma
de inmediata tortura.
Resistimos
la vida siempre y cuando
la perdamos de vista cada noche.

Hasta el último día todo es tiempo.
No desaprovechemos ni un instante.