Es una novela típica de la Higgins Clark, con capítulos muy cortos, con un narrador en tercera persona que se centra en cada uno de los implicados en la historia. Tiene un crimen "blanco" de esos en los que no se regodea en el asesinato, en los que no hay sangre... Lo he disfrutado, aunque no es, ni de lejos su mejor novela y descubrí, muy pronto, al asesino. |