Por fin llegó a mis manos el ansiado primer volumen de Coraje. Cuando leí el primer capítulo en grapa, intuí lo que Patricia me aportaría en este cómic: risas y aventuras, pero también emoción y reflexión. Y así ha sido. Dibujo en blanco y negro, estilo manga pero con suficiente personalidad. Trazos sencillos y marcados, claros, y una secuencia gráfica bien plasmada. Desde el principio empaticé con Jonay, «el chico malo», con su madre y con la relación entre ambos en una situación complicada de gestionar por la falta de autocontrol de rabia de él. En el grupo de terapia, encontramos personajes variopintos cada cual con sus traumas, y los dos personajes que se suben al carro para formar equipo con Jonay, aportan variedad al elenco. Cho, aunque aparece con el apelativo de «egoísta», lo he visto un cacho de pan, buscando siempre el lado positivo de las cosas. Imagino que conoceremos su parte oscura después. En cuanto Airam, «el soberbio», con una lengua sin escrúpulos, Patricia ha sabido dotarlo de la suficiente carisma para que caiga en gracia aunque se merezca un guantazo en algún momento. Tendremos que conocer mejor su pasado para comprender su presente. Algo me dice que la figura de «la madre» va a ser un nexo importante entre los tres nuevos amigos. La trama y evolución me parece bien llevada. Hay secuencias geniales que te evocan lo que Patricia quiere transmitir y lo que el momento requiere. Los aportes de humor me encantan, algunos términos he tenido que buscarlos porque son locales de Canarias, y le dan un aire fresco muy divertido. Y yo me pregunto: si este es el primer cómic de la autora, ¿qué nos deparará el futuro? Pues algo grandioso, porque estoy convencido de que aún tiene mucho que ofrecer. Estoy contando los días para que se publique el segundo volumen y reencontrarme con mis chicos malos. + Leer más |