Después de leer la trilogía de Camino Vargas, me adentré con cierto recelo a esta nueva novela de Susana Martín-Gijón, sin embargo, no me ha defraudado en absoluto; más bien al contrario, me ha encantado. Nos lleva de la mano por Sevilla en 1580, haciendo un retrato social de la época perfecto, uniendo personajes históricos con los protagonistas de la novela de una manera magistral. Lenguaje cuidado al extremo y descripciones al detalle. He echado de menos un final más elaborado y cerrado pero, sin duda, es una joya de libro que se disfruta desde el primer capítulo.
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