Caperucita en Manhattan

Tierna y entrañable resulta esta revisión del cuento de Caperucita que nos recuerda lo importante y vital que resulta soñar y creer…herramientas indispensables en la vida de la protagonista.
La heroína infantil, Sara Allen, representa una voz crítica hacia el mundo de los adultos…un mundo que contempla con una mezcla de curiosidad, ansia de conocimiento y de filosofía, del que denuncia principalmente su enfoque tradicional (y como se transmite y hereda esta cultura) y el papel del miedo en el comportamientos y decisiones de los adultos. Frente a ello, la protagonista reivindica su propia identidad así como el hecho de imaginar y crear otras realidades posibles, en un proceso de búsqueda de la libertad, tema fundamental de la novela.
La relación entre nieta y abuela es muy hermosa, está plagada de conversaciones iluminadoras. Quizá existe una segunda abuela, no menos importante para Sara, que también ejerce una influencia esencial sobre ella.
En uno de los episodios más bellos, para mi, Sara Allen, que adora la lectura, desarrolla una crítica literaria de tres obras, actuando así como alter ego de Carmen Martín Gaite. de hecho diría que este cuento se alimenta de esas tres obras que se citan en este episodio…
En resumen, esta historia es una delicia para todas las edades.