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Crítica de AnnieMoneth


AnnieMoneth
06 June 2022
Arranca la celebración del Orgullo y hoy os voy a hablar de una novela gráfica que no puede faltar en nuestra librería, física o digital: El azul es un color cálido, de Julie Maroh, editada en el idioma original por Glénat desde 2009, y en castellano por Dibbuks desde su primera edición en 2011. La novela, publicada en la actualidad en 15 idiomas, inspiró al director franco tunesino, Abdellatif Kechiche, el filme La vida de Adèle, ganadora de la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2013.

La historia comienza en tiempo presente, con las imágenes de una joven, Emma, que acude al domicilio familiar de la que fuera su pareja, Clementine, para recoger los diarios de adolescencia que esta ha dejado para ella. Su tristeza, y las palabras recogidas en una carta, nos atrapa en un viaje al pasado para descubrir quién es Clementine, qué papel juega Emma en su vida y qué ha acontecido. Un viaje que abarca los años de adolescencia de Clementine hasta su paso a la edad adulta; las terribles dudas respecto a su orientación sexual, los problemas para aceptarse a sí misma, el miedo al qué dirán o pensarán sus amigos y familia, la homofobia que la destroza interiormente y el dulce despertar al deseo y al amor, serán paradas obligatorias en un trayecto tierno y descarnado a la vez, y muy, muy, emotivo. Julie Maroh selecciona algunos de los problemas por los que atraviesan o conviven las personas LGTBI y con un grafismo fantástico, sensibiliza y acongoja a todo aquel que fije la mirada en sus viñetas de contraste claroscuro.

Emma y Clementine son las dos jóvenes protagonistas de El azul es un color cálido. La primera, varios años mayor, estudia Bellas Artes y es abiertamente lesbiana; de hecho, el día que conoció a Clementine mantenía una relación más o menos estable, y a diferencia de aquella, cuando descubrió su atracción por las chicas encontró el apoyo total de su familia. Se muestra segura de sí, pero vulnerable en asuntos de amor. Por su parte, Clementine, estudia en el instituto, y aún no ha descubierto su orientación sexual. Son dos chicas sometidas a una presión externa diferente, y ese contraste también resulta interesante porque no sabes cómo evolucionarán los personajes a lo largo de la historia.

Desde que compré mi ejemplar lo he leído varias veces, la última hace apenas unos días para preparar esta reseña. No puedo negar que la historia es emotiva, pero cuando cierro las tapas que protegen sus páginas, siempre me queda un pequeño sinsabor respecto a la forma en que se conduce el personaje de Clementine en la edad madura; no me encaja para nada con esas palabras de amor con que la autora pone punto final a la historia. O quizá soy yo, que tengo una noción diferente del amor. Y lo siento, pero tengo problemas para aceptar los personajes femeninos que se rinden por desamor en el siglo XXI; me resultan poco creíbles.

Respecto a la cuestión gráfica, me encanta el criterio que subyace en el empleo del color, claramente puesto al servicio de una historia que aborda temas recurrentes en la literatura con personajes LGTBI. El blanco y negro, en tonos sepias, nos sumerge en el pasado, aportando cierta nota de melancolía. Esta tonalidad sepia deja paso al gris más oscuro, para los momentos donde reina la soledad, la crueldad o la negatividad. El presente más cercano, en colores desvaídos, para potenciar la triste realidad. Y el azul más cálido, para el cabello de Emma, el iris de sus ojos…, porque así la siente, la percibe, Clementine, cuando es feliz y está enamorada; también, es el color de la esperanza, y el de sus dulces sueños.

Por otro lado, los rostros me han parecido muy expresivos, reflejan muy bien los sentimientos de los personajes. La historia posee una carga emocional intensa, de la que el lector difícilmente puede abstraerse al mirar a través del objetivo de una cámara que se sitúa muy cerca de sus protagonistas en la mayoría de las viñetas; difícil no reparar en los ojos o en la boca de los personajes… En cierto modo es lo mismo que debería suceder en la vida real; uno nunca debe cerrar los ojos o dar la espalda a personas que viven situaciones de homofobia donde se es testigo, aunque sea accidental.

Me gusta la calidad de edición. Estoy segura que mi ejemplar de El azul es un color cálido, acusará bien el paso del tiempo y mis futuras relecturas.

El azul es un color cálido, de Julie Maroh, es una novela gráfica que va más allá de una simple historia de amor, sensible y emotiva. Es una novela que invita a la reflexión y cuya lectura os recomiendo.
Enlace: https://despertaresdestonewa..
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