Empecé este libro sin tener ni idea de qué trataba, lo elegí simplemente porque me gustaba la idea de que una niña se dedicara a robar libros. ¿Quién me iba a decir que la historia está narrada por la misma Muerte y que trascurre durante el Holocausto? Me pareció chocante y cautivador al mismo tiempo. Es una obra muy original y conmovedora. Se trata de una de esas novelas que no puedes dejar de leer, que te enganchan de principio a fin, que te transportan a una época injusta y cruel donde es difícil encontrar algo tan tierno y maravilloso como una niña amante de las letras. El estilo del autor recuerda más a la poesía que a la prosa y te atrapa sin darte cuenta con el uso de metáforas, símiles y personificaciones de elementos tan poco comunes como la Muerte, que se convierte en un personaje más de la historia con su propia personalidad. Aunque la Muerte es el narrador, y si algo malo está por suceder, te advierte antes de tiempo, realmente la historia está centrada en el amor de una niña por su familia y por los libros. Tanto ella como los otros personajes son interesantes, ricos y muy reales a ojos del lector. Evolucionan hasta el punto de que, un personaje que detestabas al principio, lo acabas apreciando. Por ejemplo, Liesel es una niña alemana huérfana y su madre adoptiva es una mujer malhumorada y mandona, sin embargo, muestra preocupación y compasión en los momentos más insospechados. Sin embargo, si buscas una lectura rápida o un final de cuento de hadas, este libro no es para ti. Por otro lado, si prefieres personajes que te roban el corazón, lo rompen e inmediatamente después lo arreglan, te recomiendo este libro. ¡Un gran descubrimiento! Saludos ;) |