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Comencé este libro porque me lo recomendaron y he de decir que me ha encantado leerlo. Llevaba tiempo viéndolo pero no me llamaba tanto la atención como para meterlo en mi lista de lecturas pendientes. Gracias a un reto le llegó su momento y me alegro mucho de ello. No conocía a esta autora, es lo primero que leo de ella y me ha gustado mucho su pluma. Con lenguaje sencillo nos presenta una historia romántica que te atrapará aún sabiendo cuál va a ser el final. En esta novela lo más importante es conocer los principios, el por qué los personajes son como son, lo que les pasa desde que iban a clase juntos y como llegan a ese final tan esperado. La protagonista es Laura, una mujer de 30 años que nos cuenta en primera persona su historia. Me encantan los comienzos de novelas que presentan al personaje, sobre todo cuando están escritos en primera. Es el mes de Junio en Mallorca y se aproxima la boda de Claudia con Féliz. Claudia y Merce son las mejores amigas de Laura y las tres viven juntas en un piso. El protagonista masculino y que le da nombre a la historia es Myles McKenna Serra, un pelirrojo de padre escocés que fue de viaje a Mallorca y se enamoró de la recepcionista del hotel. McKenna fue el primer amor de Laura y, como todos sabemos, el primer amor no se olvida. La novela esta repleta de frases que me han encantado. Es algo muy a recalcar para mí. Os quiero compartir algunas: «No hay vidas complicadas, solo personas que se complican la vida», un hombre que no sabe respetar a una mujer no es más que un cerdo. Aunque esté convencido de lo contrario, «a veces el paraíso es apoyar la cabeza en el hombro correcto» y «eres la forma más bonita que ha tenido la vida de enseñarme que vale la pena arriesgarse a amar». Si algo tiene esta novela que me ha encantado es que los protagonistas no son perfectos y la historia no es maravillosa. Todo tiene sus altibajos, ella es muy rencorosa y cabezota y los personajes secundarios también tienen lo suyo. Mencionar que hasta el final de la novela sentí mucha curiosidad por saber porque la llamaba: breac-seunach, y que mi curiosidad quedó satisfecha. El final es estupendo, pero a mi me ha ganado el epílogo narrado en primera persona por McKenna. Pienso recomendar esta novela a mis amigas y, como no, os la recomiendo a vosotros que estáis leyendo esto. |
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