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Cerrar el libro tras leer los agradecimientos y pensar “tengo que hablar de esto con mis amigas”. Abrir el melón de los abusos en el marco de una relación lésbica es gritar en la cara de toda la comunidad queer para que dejen de hacer oídos sordos a una realidad. Es un tema que delicado ya que expone a las protagonistas por dos motivos: ser homosexuales, y ser mujeres. Como la misma autora señala en uno de los capítulos, a todas las personas que pertenezcan a cualquier de estos grupos se les presupone buenísimo, ser personas moralmente superiores. No es que no se les permita un fallo, es que se les exige una superioridad moral por el hecho de ser mujer/homosexual. Carmen María Machado reflexiona a través de una experiencia íntima sobre esta idea, que ser mujer/homosexual no equivale a ser bueno, ni puro, ni de estar en posesión de la verdad. Un cliché nacido en la lucha por los derechos como ocurre con cualquier “minoría” (raza, genero, sexualidad) dispuesta al sacrificio por los mismos.
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