En el epílogo, George V. Higgins, además de lamentarse por la mala influencia que tuvo sobre este tipo de literatura la timorata sociedad bienpensante americana de la época, nos dice algo importante sobre James Ross: “Hizo avanzar el oficio de la narrativa todo lo que podía avanzar en el momento en que escribió, pero nadie presto atención. O muy poca gente”. Es muy probable que fuera difícil, por lo escandaloso o transgresor, escribir en aquella época sobre el racismo, la explotación encubierta de trabajadores blancos o negros, la crueldad, la ignorancia generalizada, la hipocresía de una sociedad empobrecida, pacata y alcoholizada, la corrupción como parte inherente del “buen” funcionamiento de la sociedad, la ambición por encima de todo y de todos. Todo ello, que posiblemente confiera valores adicionales a la novela, no son para mí factores que puedan aumentar el disfrute de una lectura. Solo puedo decir que Mal dadas es una novela entretenida, bien escrita, con un tono general de novela negra, ágil, con una trama mínima enmarcada en grandes pasajes dialogados que retratan muy bien como era (es) esa llamada basura blanca y esos negritos falderos de los blancos. Una novela correcta. + Leer más |