Entonces me sostiene, apretada contra su pecho, como si no pensara soltarme nunca, y pienso que si puedo pedir un último deseo, si puedo pronunciar una última oración, le pediré a Dios que permita que me quede.
|
Entonces me sostiene, apretada contra su pecho, como si no pensara soltarme nunca, y pienso que si puedo pedir un último deseo, si puedo pronunciar una última oración, le pediré a Dios que permita que me quede.
|
Creo que es algo a lo que estamos predestinados desde que nacemos, ¿entiendes? Me da la impresión de que tú te refieres a la clase de amor que se encuentra. O que te encuentra. Del que sale en los cuentos de hadas y acaba desgarrándote el corazón y pisoteándotelo.
|
Tengo que creer que hay amor del bueno ahí fuera, ese amor desinteresado que proporciona una razón para despertarse cada mañana.
|
?Que no puedo dejar de pensar en ti. No puedo soportar la idea de que te toque, de que tengas que hacer estas cosas para él, para su placer. Quiero que las únicas manos que te toque
|
—Conozco los riesgos y puedo ocuparme de ellos. Además, tú haces que valga la pena. —Pero... ¿y si duele? Sig se encoge de hombros. —¿Así que valgo la pena? ¿Incluso si duele? —Especialmente si duele. |
¿Cuál es el órgano que trasplantan a Cora?