Mi analista guardará silencio como por media hora. Esperará a que se baje la marea pero yo voy a perder el timón de mi tormenta. |
Mi analista guardará silencio como por media hora. Esperará a que se baje la marea pero yo voy a perder el timón de mi tormenta. |
Una persona que tiene secretos tiene mal aliento, se le han podrido las palabras dentro, se le han escondido en cada diente, se le han metido en las raíces. |
Pero luego viene alguien y me dice que las marcas en mi cuerpo son los tentáculos de una medusa que me abrazó mientras flotaba en el mar y esa imagen me parece algo poético, el encuentro con ella, transparente: aguamalas, malaguas, aguavivas, aguacuajada o lágrimas de mar, la imagino llorándome encima. |
El problema con la terapia es que a veces abres cosas que antes te negabas a abrir. Al salir de la sesión quieres huir, dejarlo ahí. Pero no. Lo que abriste se convierte en el pedazo de cebolla que dejaste olvidado en el refrigerador: Empieza a apestarlo todo. |
De los recientes daños sólo se cayó, se calló y como bolsita de Ziploc jamás abierta todo lo de adentro se pudrió. |
Hay una casa que todavía me persigue, pero estoy demasiado lejos, me compré un departamento y dieciséis hombres que no se parecen a tí. Dieciséis hombres de todos colores. |
La casa me seguía con sus muebles y los floreros vacíos dentro de ella. El sillón encarnándose en la piel, la larga cabellera de las cortinas envolviéndome. |
Hoy imaginé una vida contigo mientras estabámos en Fantasías Miguel, una vida con colores, medicamentos y tú y yo brindando con café. |
Después de los 30 los hombres están deprimidos y las mujeres ya fuimos a terapia, empezamos a abrazar a nuestras amigas sin asfixiarlas y nos agarramos de sus manos cuando bajamos al sótano de nuestra cabeza. |
Y lo que sigue es desinfectar los espacios, los muebles, las paredes, el cancel del baño, la manija de la puerta principal, hay que lavar los platos, la almohada y la ropa interior. |
¿En qué país se desarrolla la obra?