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Un nuevo crimen más enrevesado que los anteriores. Chasserau y Macua vuelven a la carga. La cuarta entrega de esta saga me ha dejado un sabor agridulce. Me esperaba más, la verdad, o quizá más en la línea de los anteriores. El nuevo caso está bien estructurado, tiene sus pistas, buen ritmo, posibles sospechosos, es entretenido, pero básico, me ha parecido que tiene una resolución facilona, previsible y sin ninguna novedad, lo que ha hecho que en algunos momentos me aburriera la historia. Si fuera el primer libro de la saga lo habría entendido, pero no al ser el cuarto. Eso o que mis expectativas iban altas Aun así tiene sus puntos fuertes y es ligero de leer. En esta entrega tiene más protagonismo Eider que Jon, y eso tampoco ha jugado a favor, además de alguna cosa que creo que era innecesaria a estas alturas. Más que nada, porque si leo misterio es por algo, y no me gusta encontrar otro género que de la nada surge, la resta más que le suma. El tandem de los dos funciona bien a partes iguales para mi gusto. De momento me queda el último de la saga por leer “Animales heridos”, y considero que dejaré un tiempo prudencial para sacarme este de la cabeza y leer con entusiasmo. |
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Crítica de misbookblogger
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