La estrella de quince puntas

Hay novelas negras "a secas" y novelas negras "doblemente negras", o así es como lo suelo calificar. Para mí, una novela negra "a secas" es aquella en la que aparece un cadáver sin nada extraordinario, mientras que una novela negra "doblemente negra" es aquella en la que el cadáver de turno presenta alguna mutilación perpetrada por el asesino o asesinos y mucha, pero mucha sangre. Y "La estrella de quince puntas" la considero como una novela negra "doblemente negra" por la forma en la que aparecen los distintos cadáveres que aparecen a lo largo y ancho de la novela.

Noelia Lorenzo Pino nos presenta una novela con un ritmo altamente adictivo de los que es muy fácil engancharte pero muy difícil tomarte un respiro. En definitiva, nos presenta una historia con una narración muy cuidada y muy trabajada, lo que hace de la lectura de "La estrella de quince puntas" una lectura ágil y amena.

La investigación que hay en marcha para tratar de echarle el guante al asesino que siembra el Cantábrico de sangre, de terror, corre a cargo de Jon Ander Macua y Eider Chassereau, la cuarta que llevan a cabo estos personajes que aparecieron por vez primera en "La sirena roja". En esta investigación, harto complicada, llevará a Jon y a Eider hasta límites insospechados hasta plantearse si la amistad que se forjó en su día entre ambos debe sufrir algún que otro cambio.

Otro aspecto que quiero resaltar de la novela es el tema de hasta que punto somos capaces de mostrar fidelidad a terceras personas y de si somos capaces de diferenciar las líneas rojas que podemos sobrepasar de las que no.

Podría contar más cosas de la novela pero no quiero seguir para no cometer el crimen más atroz que una persona puede cometer cuando se dedica a hablar de libros: el siempre temido spoiler.

Os animo a leer la novela. Estoy seguro de que os hará pasar unos ratos irrepetibles y únicos.