Todas las pistas que un autor da de sí mismo en su obra suelen ser falsas; sin embargo, es a través de esas pistas falsas como mejor se le identifica. Con esta frase empieza La piel muda, a la que recomiendo prestar atención y a la página siguiente, también. En este comienzo se resume muy bien lo que el narrador quiere expresar, pero no es hasta final donde se comprende. El Narrador, del que no se conoce su nombre, está en el hospital, en un estado consciente pero atrapado en su cuerpo inerte; ha sufrido un infarto cerebral. Es imposible imaginar cómo moriremos algún día y puestos a elegir, desearíamos que fuera una muerte dulce y sin dolor. Pues bien, el protagonista de esta historia tiene una opinión de cómo él siempre había imaginado que podría morir. Es evidente que no podemos elegir ese estado final de nuestros días, sin embargo, el Narrador afirma haber imaginado muchas veces como se presentaría el día en que tuviera que morir; lo que no había imaginado nunca es que se encontrara más solo que la una. al final se entiende por qué. Tuve la oportunidad de conocer personalmente al autor, que por supuesto me dedicó el libro. En la dedicatoria me decía así: Para Belén con el deseo de que esta novela le conmueva o, al menos le conmocione. Francisco López Serrano sabía muy bien lo que me escribía. Así, terminado el libro, puedo decir que he tenido muchas sensaciones, pero en ningún momento me he sentido conmovida por la situación en la que ha quedado el Narrador tras el infarto sufrido. El autor no da al lector la oportunidad de sentir la más mínima pena por su personaje. Es una persona escabrosa de pensamiento, palabra, obra y hasta de omisión, postrada en una cama de hospital, y como único medio para comunicarse, sus párpados. A partir de ahí comienza a buscar un sentido a su vida. En realidad lo turbulento es su vida anterior. En la situación que el autor pone a su personaje, mezcla las ralladuras mentales que tiene el narrador con su vida anterior, partiendo desde la infancia hasta el día fatídico. Una transición bien conseguida. Así se va dando a conocer, para que el lector lo vaya juzgando al mismo tiempo que saca conclusiones acerca de comportamientos de los que no parece arrepentirse. En una de esas reflexiones, piensa que la justicia le ha dado la cara. Antes de ser galerista fue abogado y nunca la había utilizado con nadie. Ahora, encerrado en su cuerpo, piensa, no lo cree, que lo que le ha ocurrido es el precio a pagar por su comportamiento anterior. Es como si las leyes del universo le hubieran devuelto con injusticia la justicia que él no llevó a cabo. Con esta trama el autor pretende hacer una crítica de la situación que atraviesa el arte, de cómo esta especialidad se ha ido alejando de la expresión artística, de la belleza, para convertirse en una profesión donde lo único que importa es el beneficio económico. De esta forma, para liberarse de su mala situación, decide convertirse en un objeto, de convertirse en una obra de arte. Y aquí termino. Es un relato que recomiendo leer, aunque no garantizo que sea una lectura grata, pero si inquietante. Enlace: https://belnotas.blogspot.co.. + Leer más |