La verdad es que esta novela me llamó la atención desde el primer momento en que la vi por su portada, me pareció preciosa y de lo más misteriosa, así que no pude resistirme a pedirlo. Esta novela nos presenta a Flora, una mujer atrapada en un matrimonio que no la hace feliz, pero que al que tampoco es capaz de poner fin. Una noche, tras salir con sus amigas, conocerá a un misterioso hombre llamado Paul Dingle la seducirá y tendrán una aventura de una sola noche. A la mañana siguiente, antes de volver a su vida de antes, no podrá evitar ojear sus pertenencias y ver que entre ellas está una novela llamada "Niebla en Tánger" y un hermoso amuleto, que se llevará con ella. Unos días después, cuando Paul desaparece sin dejar rastro, Flora, decidida a encontrarlo, se comprará la novela que vio entre sus pertenencias y tras leerla se embarcará en un emocionante viaje a Tánger para encontrarlo. ¿Lo logrará? A grandes rasgos esta es la premisa incial de una historia que a su vez se divide en dos, por un lado tenemos unos capítulos que nos cuentan la vida de Flora y sus aventuras en Tánger y, por otro lado, descubrimos una novela dentro de otra novela y descubrimos a Marina, un personaje absolutamente extraordinario. Sin duda esto es lo que más me ha gustado de la trama, que haya narradores distintos y que se mezclen épocas y culturas tan diferentes. Por otro lado, la extensión de los capítulos es perfecta y es una lectura que se desvanece sin que te des cuenta. Con respecto a los personajes, sin duda han sido para mí lo mejor de la novela. Destaco a Marina, un personaje maravilloso y todo un icono de su época. Me ha encantado conocer su historia y sentirla un poquito más cerca. Otro personaje que me ha intrigado hasta el final ha sido Paul y la ambiguedad que le ha aportado la autora hasta el final. Sin duda, la relación entre ambos ha sido para mí lo más interesante de la novela. En cuanto a Flora, tengo sensaciones encontradas con ella, a ratos me convencía y a veces pensaba que se le había ido completamente la historia de las manos. De los secundarios, me quedo sin duda con Deidé, la terapeuta "a distancia" de Flora y con Laila, todo un descubrimiento. En general los personajes y la ambientación es lo que considero que la autora ha cuidado más en la novela. En definitiva, una novela cargada de historia y romance. El final me ha sorprendido y lo cierto es que se lee sin que te des cuenta. Lo recomiendo a todo aquel que disfrute conociendo nuevas culturas y que ame la historia. |