April es una chica especial, con un don y la capacidad de hacer galletas sanadoras. Adam está roto por dentro y cree que su vida no volverá a ser la misma tras una pérdida. Sus caminos van a encontrarse y descubrir en el otro más de lo que esperaban. Con todo el hype que había en torno a este libro reconozco que me ha gustado pero algo menos de lo que me esperaba. April es una chica soñadora, centrada en una complicada vida con su madre y su hermano, y que trata de ayudar a todo el mundo. Adam es un chico dulce y tranquilo que ha vivido una experiencia traumática. Con ambos es fácil identificarse e ir siguiendo el camino de los secretos que se van explicando poco a poco. Y es que parte del encanto de este libro es descubrir lo que ha llevado a ambos al punto en el que están. Desentrañar sus vidas y sus sentimientos mediante capítulos que alternan ambos puntos de vista y que explican sus pensamientos y sentimientos. Adam es más sencillo de entender, ya que sus secretos se muestran bajo la luz, pero April es más misteriosa y he tardado más en poder conectar con ella. La forma de contar la historia es sencilla pero profunda, llena de pequeños momentos que dan pinceladas de sus vidas y las de quienes los rodean. En conjunto es una historia sobre el dolor y la curación muy bien tratada y explicada, con toques dulces y otros tristes pero que se te va metiendo dentro. Colibrí. |