Encender una hoguera

Un hombre solo contra la naturaleza, a 65 grados bajo cero, acompañado únicamente de un perro, tras un accidente se ve obligado a encender una hoguera para sobrevivir. ¿Lo conseguirá? Mi primera lectura de Jack London no ha sido la más conocida, pero creo que sí la puedo considerar como bastante representativa de su obra.

Me ha gustado mucho el estilo de London, con las descripciones justas, con esa angustia y desesperación del protagonista que sabe que no puede ceder al pánico si quiere salvar su vida. Está tan bien descrito que lleva también al lector a esa situación límite y a valorar las consecuencias de lo que le ocurre y de lo que el protagonista está pensando en hacer.

Por otro lado, creo que también consigue que aprendamos unas lecciones muy valiosas en el hipotético caso de que tengamos que sobrevivir a una situación extrema como esa.

La edición de Reino de Cordelia viene con las ilustraciones de Raúl Arias, que ambientan la acción tan bien en el gélido Klondike, y la traducción de Susana Carral de este relato y el que originalmente publicó London bajo el mismo título en una revista juvenil en 1901.

Este primer relato cuenta con un final diferente y al faltarle la presencia del perro, como testigo e interlocutor del hombre, le faltan los dos elementos que más me han gustado del relato modificado por London en 1907, por lo que estoy contenta de haber leído primero el original: para encontrar esas diferencias y quedarme con un buen sabor de boca con el resultado final.