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Cuando mi abuelo me leyó por primera vez Colmillo Blanco (1906), me imaginé que iba a encontrarme descripciones tediosas sobre una naturaleza bucólica o agreste, que no me iban a aportar demasiado entretenimiento en las aburridas tardes de final de verano. No podía estar más equivocada la niña que fui. Y aquellas horas en las que ya agonizaban los días naranjas de la infancia, se convirtieron en algunos de los momentos que recuerdo con más añoranza. Y a los que London me permite regresar a placer. Colmillo Blanco (Gribaudo, 2022), de Jack London, fue publicada inicialmente por entregas, como era habitual en la época, en la revista Outing. El autor nos ubica en el Territorio del Yucón, en Canadá, a finales del siglo XIX, momento en el que tiene lugar la Fiebre del oro de Klondike. Aquí transcurre la historia de un lobo, que ha nacido en un medio salvaje, y al que espera una existencia intensa. Una reflexión sobre las fuerzas de la naturaleza, la vida y la supervivencia. Colmillo Blanco, que desde que era un cachorro, debe adaptarse a las duras condiciones de las tierras canadienses, se convertirá en un perro de peleas y convivirán con nativos americanos. A través de la mirada del animal, el lector sentirá angustia, rabia y una tremenda impotencia por las desventuras que padece este perro lobo. Lectura imprescindible sobre el humano como fuerza dominante, las lecciones que este no aprende de la naturaleza y el poder de la lealtad, la posibilidad de la rehabilitación... o las consecuencias que la ausencia de todo ello pueden traer consigo. Se trata, por tanto, de un clásico que todos deberíamos tener en nuestra biblioteca y que, con esta magnífica edición de Gribaudo, que incluye, en la cubierta desplegable, un mandala que se ilumina en la oscuridad, resulta aún más atractivo para las nuevas generaciones, que también necesitan conocer esta historia inmortal. Enlace: https://www.instagram.com/mi.. |
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