Cuando nos volvamos a encontrar

Vika y Ailean son dos personajes que te conquistan desde el primer momento, o al menos conmigo ha sido así, sobre todo él. Ella me ha puesto un poco nerviosa por no poder callarse nada, sin tener en cuenta quién tiene delante y lo que puede haber vivido o no, aunque no voy a negar que a pesar de eso, la he adorado igual. Pero es que Ailean, desde el primer momento, me ha hecho sentir algo especial, porque él lo es. No ha tenido una vida fácil para nada, arrastra un gran peso en su espalda y tiene muchas cosas que arreglar en su vida, pero hay algo en él que cuando lo conoces en un primer momento te hace pensar: espera, aquí hay mucho más. Y así es. Así que he disfrutado y me he emocionado con cada momento que vive con Vika, con cada sentimiento que ambos descubren, y con cada palabra que ambos se dicen, porque es inevitable hacerlo.

Pero es que no solo ellos conquistan, el resto de personajes creados por Marta y que rodean a los dos, también lo hacen. Desde Gaven, el mejor amigo de Vika, a pesar de ser un auténtico capullo en algunos momentos, hasta Grant, el mellizo, o cualquiera de los otros hermanos de ella, pasando por Liah, los padres, las abuelas, y aquellos que conocemos casi al final de la historia y que se convierten en personajes muy especiales, sobre todo Lily. Marta sabe como crear a sus secundarios con su propia personalidad, y hacer que lleguen a conquistarnos casi del mismo modo que los protagonistas. Y espero, y deseo, que como se nos dice de pasada en cierto momento del epílogo, Gaven tenga su propia historia, porque se la merece, y nosotras también nos la merecemos.

No voy a negar que en cierto momento, la historia se me ha hecho algo repetitiva, porque se viven situaciones y se tienen conversaciones iguales, en un corto periodo de tiempo, y te deja con la sensación de: vale, ya está, ya lo habéis dicho hace dos páginas. Y eso provoca que en ciertos capítulos se avance un poco más lento. Pero aún así, el libro se disfruta de principio a fin y como podéis ver, no es un libro corto precisamente, ni sus capítulos lo son tampoco. Pero algo que me ha gustado muchísimo de la historia, y que debo aplaudir a Marta por ello, es que no provoca situaciones típicas, en las que podría haber caído fácilmente porque la situación da para ello, para provocar problemas en la pareja. Está claro que es un libro de romance, que podemos intuir como terminará aunque no sepamos como va a ser el camino hasta llegar a ese momento, y que Marta no haya caído en tópicos, ni haya utilizado lo típico, me ha encantado. Porque no hace falta meter ciertas cosas siempre para que una pareja lo tengo díficil, a veces, con sus propias vidas, sus propios secretos y sus propios miedos, ya tienen motivos suficientes para que todo no sea un camino de rosas. Y aquí se muestra y muy bien. Así que gracias Marta, por no caer en lo que caen la mayor parte de las historias.

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