El secreto de Vesalio

"El secreto de Vesalio" es la primera novela de Jordi Llobregat, director y uno de los creadores del festival de novela Valencia Negra; y para tratarse de un debut, lo cierto es que no ha podido tener mejor acogida puesto que incluso antes de su publicación se habían vendido los derechos a 18 países.

En torno al personaje histórico de Andrés Vesalio (1514-1564), considerado el fundador de la anatomía moderna, el autor articula una compleja y bien desarrollada trama de intriga ambientada en la Barcelona del siglo XIX y en la que hechos históricos, como la primera Exposición Universal del país o la llegada de la iluminación eléctrica a la ciudad, se entrelazan de forma convincente con los crímenes que se van sucediendo y con la extraña muerte del padre del protagonista.

La ambientación de la novela es exquisita e inquietante y el autor consigue transmitir una atmósfera tétrica y peligrosa acudiendo a recursos como el espiritismo o la figura del Gos Negre, el perro negro fantasma al que aluden algunas mitologías.

Además de la ambientación, destacaría del libro su prosa, la cual, en un equilibrio digno de mérito, se aleja tanto de las narraciones pobres y escuetas de muchas novelas de intriga como del tonillo académico en el que caen muchos autores al relatar hechos históricos.

Los personajes están correctamente perfilados, si bien no todos me han resultado igual de convincentes o atractivos. Hay un inspector que, en mi opinión, tiene rasgos que recuerdan demasiado a otro muy conocido (e igualmente odiado) de uno de los mayores éxitos de la literatura española de los últimos años. El personaje principal, Daniel Amat, no me ha transmitido gran cosa, a pesar de girar toda la trama en torno a su persona. No me ha ocurrido lo mismo con Pau Gilbert, el estudiante de medicina que ayudará al protagonista en sus pesquisas, el cual guarda un secreto realmente sorprendente y del que estoy segura ningún lector adivinará por muy perspicaz que sea.

La intriga y la tensión narrativa no decaen en ningún momento y, desde mi punto de vista, ese es sin duda el mayor mérito del libro y el que le hace cumplir sobradamente con el objetivo que el lector busca en una novela de este estilo: que le mantenga en vilo hasta el final. Además, el libro contiene algunas escenas realmente impactantes, como la que transcurre en las alcantarillas de la ciudad: inolvidable por desasosegante.

Quizá, en mi opinión, lo más débil sea la resolución del misterio en torno al supuesto manuscrito de anatomía de Andrés Vesalio, que se percibe como demasiado facilona -ocurre a menudo en las novelas que utilizan este recurso-, pero en cualquier caso, no deja de ser una percepción subjetiva y personal.

No puedo decir lo mismo acerca de la resolución en cuanto a la autoría de los crímenes, de la que no dudo que habrá quien la viera venir; en mi caso, sin embargo, no me resultó en absoluto predecible.