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Antes de empezar esta reseña, debo decir que he pasado por un bloqueo lector que me ha llevado a leer sin ganas los libros, a pesar de que siempre me acababan gustando. No encontraba ‘ese' libro que me provocaba un click interior hasta que me he cruzado con “Five feet apart” (“A dos metros de ti” en español) el cual me he leído en inglés. Y eso que no es de mis favoritos. Este libro me ha hecho gastar paquetes y paquetes de pañuelos. Está escrita por Rachael Lippincott y, por lo que tengo entendido, el libro está basado en la película (protagonizada por Cole Sprouse y Haley Lu Richardson) y no viceversa como suele ser. Espero no estar equivocada. Stella y Will. No os voy a contar mucho de qué va la historia porque leyendo la sinopsis podéis hasta saber como acaba. Sólo os diré que nos encontraremos con dos personajes totalmente distintos pero iguales a la vez. Stella está esperando un trasplante de pulmón y dada su condición médica, no puede permitirse estar cerca de personas que puedan transmitirle una infección. Necesita al menos dos metros de distancia hacia esa gente. Ella vive con la esperanza de que todo salga bien y pueda por fin salir del hospital. Luego tenemos a Will, un chico cansado y harto de los hospitales, tratamientos y de más. Lo único que quiere es que llegue su mayoría de edad para sacarle el dedo corazón a todo el mundo, desconectarse e irse disfrutar del mundo pues nunca lo ha podido hacer en condiciones. Él es una de las personas que no se puede acercar a Stella. Y eso no debería ser ningún drama hasta que se conocen. Más y más. Más y más hasta que prácticamente no pueden estar separados, pero la salud se lo impide. La historia me ha gustado mucho a pesar de que no ha sido el impacto emocional que buscaba y necesitaba. Si me ha hecho querer echarme a llorar en muchísimos momentos, eso debo reconocerlo. Pensé que me encontraría con algo como ‘Bajo la misma estrella' pero no, es totalmente distinto. Han descrito a la perfección la enfermedad de ambos, las sensaciones que tienen al quedarse sin respiración (hasta yo aguantaba la respiración) y han sabido transmitirnos el dolor que sentían Will y Stella. La cosa más a favor que diré de este libro es que creo que, a menos que estemos enfermos, no apreciamos cuánto hacen nuestros cuerpos. Y este libro definitivamente me abrió los ojos a eso, lo cual no es algo que pueda ignorar. Ha sido una montaña rusa de emociones. A veces me entristecía muchísimo, otras me llenaba de esperanza… A muchos les podrá parecer un cliché de adolescentes enfermos, pero para mí no lo ha sido y eso que yo huelo un cliché a kilómetros de distancia. Os recomiendo este libro muchísimo si queréis una montaña rusa de emociones y sentimientos. Vais a contener la respiración muchas veces, os va a doler el corazón a ratos, aprenderéis muchísimo sobre la ‘fibrosis quística', os enamoraréis de los personajes cada vez más y no conseguiréis sacaros la historia de la cabeza en muchos días. |
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