Mi compañero de piso es un vampiro

Creo que todo el mundo ha oído eso de: “A caballo regalado, no le mires…” pues cuando me regalaron este libro, lo miré con incredulidad, es uno de esos que no abriría ni con un palo, pero como cumplía los requisitos de uno de los retos, no tenía que perder y me tiré de cabeza.
Reconozco que he intentado mirarle los colmillos muy detenidamente, pero el resultado ha sido unas carcajadas bien soltadas en el metro, en el sillón de casa, e incluso hablando de los detalles de lo que estaba leyendo con amigas.
El libro está escrito en primera persona desde el punto de Cassie, una chica que pasa un momento complicado en su vida, cuando encuentra lo que es la oferta perfecta para compartir piso, lo único es que el compañero de piso es… bueno, supongo que no es un secreto y que ya lo habéis adivinado, el fantástico Frederick, un vampiro con algunos años más de los esperados.
El principio es muy divertido y además incluye un giro muy adecuado cuando la velocidad y la trama se empiezan a estancar, dándole una vidilla nueva que le favorece mucho.
Me ha sorprendido gratamente la manera de intercambiar mensajes con el desarrollo de la historia, además debo decir que los personajes secundarios tienen también su parte importante en cada capítulo.
De nuevo, el refranero español me gana por goleada, y me doy cuenta de que no siempre es bueno dejarse guiar por las apariencias.
Es una lectura perfecta para desconectar, que se lee fácilmente, os lo recomiendo.