La semilla del diablo

Rosemary y Guy Woodhouse son un joven matrimonio que decide mudarse a un apartamento en la casa Bramford, un famoso edificio conocido por las atrocidades que ocurrieron ahí en el pasado.
Todo va bien hasta que empiezan a trazar una particular amistad con sus vecinos y Rosemary comienza a tener extrañas pesadillas…

He sentido un peculiar amor odio hacia este libro.
La historia en sí me parece brutal, la ambientación también es magnífica y la atmósfera que se va creando igual. Y el final te eriza un poco la piel, aunque me ha dejado con muchas ganas de más.

Los personajes están bien construidos, especialmente Rosemary, que lógicamente al ser la protagonista es a quien más llegamos a conocer. Guy, su esposo, es sumamente imbécil y consigue que se vaya cociendo dentro de ti un asco importante hacia él. Y el resto de personajes, como los vecinos, me han parecido muy interesantes y me ha dado pena que no se hayan desarrollado más en profundidad.

Es un libro que se cuece a fuego muy lento, quizá demasiado lento. Por una parte está bien porque va generando una tensión y una expectación brutal pero que, por otra, puede llegar a ser desesperante. Todo se “resuelve” en las últimas páginas y la acción es mínima. Aunque el cierre es bueno, para mi gusto, me ha faltado más.
Y esto junto a ciertos hechos y comentarios machistas y homófobos que me han incomodado bastante, no me ha permitido disfrutar del todo.

Ojalá haber leído este libro sin saber nada de la historia porque eso ha hecho que pierda parte de su encanto.
Me ha gustado, sinceramente, pero este es uno de los pocos casos en los que me quedo con su maravillosa adaptación cinematográfica dirigida por Roman Polanski.
Enlace: https://www.instagram.com/p/..