Auschwitz, ciudad tranquila: 20

Mi padre me dijo, cuando vio que estaba leyendo este libro: “¡Ah, Primo Levi! Sobrevivir para dar testimonio”. Y no creo que pueda resumir mejor lo que este libro me ha transmitido.

Se trata de diez relatos y dos poemas, escritos durante un periodo de casi treinta años. Todos hablan o hacen referencia al campo de exterminio, pero desde ópticas y géneros distintos. Hay relatos más testimoniales, hay otros incluso de fantasía o posiblemente catalogados como de ciencia ficción. La recopilación me ha resultado muy sugerente, variada, bien seleccionada y sobretodo cuidadísimamente estructurada. Quiero hacer muy especial mención a la labor de la editorial Altamarea, porque el viaje que propone esta estructura en concreto es vibrante. La introducción del libro es una maravilla, de verdad. Aporta información de la escritura de Primo Levi, de la publicación original de cada relato y de sus claves más importantes. La he leído al inicio y he vuelto a ella cada vez que acababa un relato. de esas intros ideales.

Termino muy conmovida por la forma de relatar de Primo Levi, que era químico de profesión. Su manera de literaturizar la experiencia de Auschwitz es, al menos en estos cuentos, sintética pero certera. A veces parca. Pero es que no le hace falta entrar al detalle del horror para que lo palpes, lo adviertas y te avenga la emoción.

La sensación que se te queda en el cuerpo al leer a Primo Levi es profundamente ambivalente. Hay un vacío oscuro, pero a la vez cierta promesa de futuro. Creo que supo transmitir de manera magistral la lucha íntima por hacer las paces con la naturaleza humana, con las miserias humanas que le tocaron vivir.

Ahora sólo quiero leer todo lo que escribió.