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Crítica de carolisack


carolisack
23 September 2023
“Había una vez un mercader que era inmensamente rico. Tenía seis hijos, tres varones y tres hembras, y como el tal mercader era un hombre de buen entendimiento, no ahorró nada en la educación de sus hijos y les dio toda clase de maestros. Sus hijas eran muy bellas, pero la menor era especialmente digna de admiración, tanto que la llamaban desde pequeña la Niña Bella, de modo que su nombre quedó así, lo que suscitó muchos celos en sus hermanas”.
La Bella y la Bestia es un cuento de hadas tradicional francés, que ha circulado durante siglos por toda Europa, tanto en forma oral como escrita y, más recientemente, en adaptaciones cinematográficas.
La primera versión publicada fue obra de la escritora francesa Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve, en 1740, aunque otras fuentes atribuyen a Gianfrancesco Straparola la recreación de la historia original, en 1550.
Esta hermosa edición de Reino de Cordelia, nos trae la versión más difundida del cuento, que fue publicada en 1756 por Jeanne-Marie Leprince de Beaumont
Es la versión escrita más conocida y fue una revisión muy abreviada de la obra original de Villeneuve. Existen muchas variantes de la historia en toda Europa pero la versión de Beaumont es la que goza de mayor fama y es la base de casi todas las versiones o adaptaciones posteriores.
La aristócrata francesa Jeanne-Marie Leprince de Beaumont (1711-1780) había emigrado a Inglaterra en 1745, donde empezó a trabajar como profesora y escritora de libros sobre educación y moral. Habiendo leído la novela de Villeneuve, la abrevió en gran medida y la publicó en 1756 como parte de una colección. Tomando los elementos clave de la historia original, Beaumont omitió muchas escenas de los orígenes o las familias de los protagonistas y modificó la escena de la transformación de la Bestia, que en el original de Villeneuve acontece tras la noche de bodas. Escrito como complemento educativo para sus alumnos, muchos de los detalles escabrosos o subversivos del original fueron suprimidos.
La tradición francesa de esta época consistía en elaborar historias cotidianas, con una tendencia a desarrollarlas sobre un trasfondo de emociones humanas en lugar de azares o designios mágicos. Eliminaban todo lo que era sangriento o cruel; escribían de forma directa y concisa, con un estilo sobrio y sin adornos. Los cuentistas franceses adaptaron sus historias a su propio gusto clásico, lógico y hasta racional, aunque Perrault, por ejemplo, inició una tendencia que se apartaba de esta forma tradicional de narrar.
Algunos autores han sugerido que el cuento de la Bella y la Bestia pudo ser influido por una historia real. Se trataría de la historia de Petrus Gonsalvus, el cual nacido en el siglo xvi en la isla de Tenerife (España) fue llevado a la corte del rey Enrique II de Francia. Petrus padecía la enfermedad de la hipertricosis, lo que provocaba un crecimiento anormal de pelo en el rostro y otras partes. En París fue acogido bajo la protección del rey y se casó con una bella mujer parisina llamada Catherine.
Estas influencias en la historia explican las diferencias existentes entre la versión actual de «La bella y la bestia», a través de estos escritores franceses, y las versiones más tradicionales.
La historia de «la bella y la bestia» aparece en otras muchas culturas en diversas formas. Aarne-Thompson enumera 179 cuentos de diferentes países con un tema similar. Generalmente son tres hermanas. La más joven, Bella, es pura y bondadosa, mientras que las otras dos muestran algunos de los peores rasgos humanos: avaricia, envidia, soberbia. Bella no recibe ningún nombre, simplemente es la más joven de las hermanas, y recibe su apodo por su belleza, y por ser la preferida de su padre. Nunca aparece la figura materna, obviando así los conflictos que supondría que tal figura se opusiera a que la muchacha se fuera a vivir con un monstruo. al mismo tiempo, se permite que la relación con el padre, normalmente rico, sea mucho más estrecha, y posibilite el desarrollo de la narración. Aunque la Bestia pueda adquirir muchas formas (serpiente, lobo e incluso un cerdo), el motivo es siempre el mismo: es rico y poderoso, pero nunca bello o atractivo. En un momento determinado, Bella se separa de la Bestia, que cae, por alguna extraña razón (amor, traición, designios mágicos de su maldición), terriblemente enferma y yace moribunda. Los remordimientos de Bella, ya sean en forma de una simple lágrima vertida o un viaje hasta el fin del mundo por volver con su amado, salvan a la Bestia, y ésta se transforma en un hermoso príncipe. La belleza implícita de la Bestia resurge cuando Bella es capaz de atisbarla bajo la desagradable apariencia exterior.
El cuento ha sido muchas veces interpretado como crítica a los matrimonios por conveniencia. Las primeras versiones provenían de personas de clase alta francesa, donde tales uniones eran habituales. La unión de una chica, especialmente joven, con un hombre mucho mayor que ella, sin su consentimiento, se observa como metáfora en la narración. El cuento critica estas prácticas, pero al mismo tiempo reivindica que, si las mujeres buscan en el interior de sus ancianos maridos, pueden encontrar al ser bondadoso que se esconde tras la apariencia de Bestia. O que ellas mismas consigan esa transformación por medio de su amor.
A mí me pareció una fábula deliciosa, con el lujo añadido de estar editado por Reino de Cordelia, acompañado de las hermosas ilustraciones de Walter Crane. Habla de los celos, la virtud, la nobleza y el amor; una historia preciosa que me resultó como una pequeña flor literaria, que refresca envolviéndote con su aroma. Ahora me encantaría poder encontrar la versión original de Villeneuve, que es mucho más extensa que la de Beaumont, con casi doscientas páginas. Beaumont omitió muchos elementos del original, desvinculándose del sentido de ser una ácida crítica a la sociedad.
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