Tercera parte de la tetralogía de Verhoeben. Un libro muy cortito, sólo 160 páginas, que se lee en un suspiro. En esta ocasión el comandante Camille Verhoeben se enfrenta a un caso diferente, no hay muertos ni tampoco un asesino como tal. Un joven amenaza con hacer explosionar 7 bombas en París. Cada vez que leo a este autor me sorprendo más de la increíble facilidad que tiene para describir con tanto detalle tanto a los personajes como los hechos que van ocurriendo en sus libros. Por eso, este libro, aunque no es tan crudo e impactante como los anteriores, me ha impresionado muchísimo, por los detalles y la tensión que es capaz de transmitir. Hay unos momentos que producen verdadera desesperación y angustia. La trama comienza dejando ver una idea que, como suele hacer este autor, tras un par de giros, llega a un final bastante inesperado. Que me ha encantado por la minuciosidad con la que está descrito. Es sorprendente, cómo en tan pocas páginas, se esconde una historia con tanto detalle y tan particular. |