El ancho mundo

Primer libro que leo de Pierre Lemaitre, inicio de su serie “Los años gloriosos” que este mes de febrero verá publicada su continuación en castellano.

A partir de la estirpe familiar de los Pelletier nos adentraremos en alguno de los momentos cruciales de la historia de Francia de finales de la década de los años 40.

A través de los diferentes personajes de esta familia viviremos las protestas posteriores a la 2ª GM en París, la vida en Saigón durante la guerra de Indochina así como la vida que llevaban los franceses en el Beirut de la postguerra.

Y para poder recorrer todos estos escenarios y situaciones el autor se vale de una familia de industriales dedicados a la fabricación de jabón en el próximo oriente, donde los padres viviran absorbidos por el trabajo en la fábrica y los hijos ya jóvenes adultos no querrán saber nada de ello ni de seguir su vida en Beirut y irán marchando progresivamente, unos a París y otro a Saigón.

La historia tiene dos caras, por una banda la historia familiar, llena de claroscuros, con vidas alocadas y con múltiples historias que se van escondiendo entre ellos, y la otra con múltiples referencias históricas que llevará a los protagonistas a diferentes sucesos y nos permitirá conocer como hubo gente que se enriqueció con la guerra de Indochina y el tráfico de divisas, la pasividad de la metrópoli y la vida fácil y de lujos que mantenían muchos funcionarios franceses gracias a sus “chanchullos” en el Saigón epicentro de las actividades francesas en plena guerra.

El libro es narrado en tercera persona, que en algunos momentos rompe la barrera y se dirige al lector para hacer algunas preguntas, que el propio lector ya se está haciendo. Pero es esta tercera persona que convierte el libro en adictivo. En ningún momento se hace pesado, el ir cambiando de personaje en el momento adecuado hace que acabes viviendo la propia historia. de la misma forma, las descripciones que en alguno de estos libros se pueden hacer pesadas, por largas y tediosas, son un fuerte del autor, no necesita demasiadas palabras para narrarnos una situación, un paisaje o un personaje o poner al lector en antecedentes.

En cuanto a los personajes nos encontramos delante de una obra muy coral, donde el peso de la historia va pasando de un hijo a otra, siempre con la presencia de los padres en el fondo de la historia.

Cada uno de ellos tiene un perfil bien diferenciada, desde el mayor, que con 30 años es una persona apocada, sin aspiraciones y que vive constantemente atemorizado por su mujer, pasando por los otros hijos varones que no saben bien que quieren hacer con su vida, y van decidiendo según suceden los acontecimientos para ir a parar a la hija menor, que con 18 años tampoco sabe que hacer y sus acciones son un sinfín de decisiones equivocadas.

Pero aunque no sea uno de los personajes principales o al principio no lo parezca hay que destacar a la mujer del hijo mayor, que si bien su presencia al principio es reducida va aumentando con el paso del libro, y nunca sabes bien si se hace la tonta, lo puede ser realmente o tiene intenciones ocultas más allá de las que está relatando el autor.

Uno de los aspectos que da grandeza a la obra, es el del sinfín de personajes secundarios con los que juega el autor, que hace un trabajo perfecto donde consigue que cada uno de ellos tenga un perfil diferente consiguiendo hacer un retrato veraz de la época.

Todo ello, junto a la realidad social imperante en ese momento y todos los secretos que irán aflorando a lo largo del libro, con los fantásticos giros que cogen al lector del todo desprevenido, lo convierten en el inicio de una de esas sagas familiares que retratan perfectamente una época y no les pasa el tiempo.

Una lectura fácil, ágil y que contiene diferentes géneros que pueden gustar a un amplio espectro de lectores.


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