Y por razones que no alcanzaba a explicarse, sintió de nuevo el abatimiento de siempre. El que solía experimentar cada vez que intuía que estaba a punto de averiguar cosas que tendrían consecuencias para personas de carne y hueso. |
Y por razones que no alcanzaba a explicarse, sintió de nuevo el abatimiento de siempre. El que solía experimentar cada vez que intuía que estaba a punto de averiguar cosas que tendrían consecuencias para personas de carne y hueso. |
Nunca se había sentido tan implicado como en aquel momento. Totalmente implicado y, al mismo tiempo, como si estuviera al margen de lo que ocurría, observándose a sí mismo desde fuera. Como si en realidad no se tratara de él y mucho menos de ella, la mujer que yacía cadáver en la cama, pese a que, hacía tan solo unas horas, debía de estar tan viva como él.
|
10 negritos