Linda, como en el asesinato de Linda de Leif GW Persson
Nunca se había sentido tan implicado como en aquel momento. Totalmente implicado y, al mismo tiempo, como si estuviera al margen de lo que ocurría, observándose a sí mismo desde fuera. Como si en realidad no se tratara de él y mucho menos de ella, la mujer que yacía cadáver en la cama, pese a que, hacía tan solo unas horas, debía de estar tan viva como él.
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