Hasta donde termina el mar

Sus dos libros anteriores me gustaron. Pero no me esperaba que este me fuese a enganchar como lo ha hecho. ¿Será por qué me gusta el tema de fondo de sirenas y lamias? Seguro, pero ese es sólo uno de los motivos.
El misterio, la melancolía de sus personajes, la manera de decir mil cosas con tan poco, los giros en el argumento, los dramas.
Trata la hipocresía, el egoísmo, el egocentrismo, la soberbia, la lujuria, el machismo, la falta de empatía, la familia, la avaricia, la ceguera selectiva, fábulas, monstruos marinos, monstruos sin escamas.
Tantos temas, con un hilo argumental, con pocos y bien definidos personajes, divididos en dos focos con una sola figura en común, una sirena.
Y aún así, al menos a mí, me ha hecho seguir queriendo más, seguir leyendo.
Retrata una sociedad fría de principios de 1900, que a día de hoy sigue siendo tan real.
Lo he pensado y juraría que siguen existiendo personas con esos prejuicios, con esas ideas retrógradas, y que dan más miedo los monstruos sin escamas que las lamias del mar. Es el pan de cada día. Está en nosotros no rendirnos y convertirnos en uno más, en ser ese rayo de sol después de una tormenta, aunque las tormentas arrastren sirenas vestidas de novia a las orillas de nuestras playas.