Las hijas del frío

Me marcho por tercera al pueblo donde viven Erica y Patrick y esta vez el viaje me ha resultado más reconfortante que los dos anteriores.
El tema me ha interesado bastante más: una niña aparece ahogada en el mar, pero… no todo es lo que parece, como es habitual en esta saga.
Fiel a su estilo, se van intercambiando capítulos del pasado con la trama principal, que se terminan uniendo para dar solución al misterio. Pero me ha dado la sensación de que se haya escrito muchos años antes, tiene muchas puntillas retrógradas que me ha puesto de muy mal humor. Una mujer, cuando es madre, no tiene porqué ser sólo un surtidor de leche, yo he sido madre con largas lactancias de dos grandes tragones, pero he salido a cenar, me he ido de vacaciones (con el segundo, 15 días después de nacer), y he seguido haciendo vida social, aunque yendo al aseo cada hora y media. le fui antes de que saliera la primera edición y me rechina mucho que en Suecia estén más atrasados que en España en todos esos temas.
¿Desde cuándo se ha abierto un concurso para convertirse en “Peor padre/madre del mundo? Vaya telita, no sé cuál cumple mejor, pero… la cosa está muy reñida: con el número uno tenemos a Lucas, marido de Anna, que ya es la tercera vez que postula a este título tan poco envidiable, con el número dos, Agnes, que desde 1926 tiene muchas papeletas, Arne, el padre de Niclas, los sigue a muy poca diferencia, pero si hasta la hermana de Erica, Anna, se ha ganado diploma en la competición. ¿Es que no hay gente psicológicamente estable en este pueblo?
Ahora entiendo que estas novelas hayan tenido enganchadas a tantas personas, estoy deseando ver a Maja crecer, y a su madre volver a meterse en todos los fregados, la verdad es que es muy recomendable. Mi última pega es que la solución es demasiado fácil, pero puede ser porque me paso la mayor parte de mi tiempo libre leyendo, oyendo o viendo crímenes.