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Siempre me ha gustado lo que he leído de Camilla Läckberg (aunque aún tengo muchos de sus libros pendientes) y a pesar de que este me ha parecido una historia muy original no ha sido, para mi gusto, la mejor de sus novelas. La sinopsis me llamó mucho la atención, así como el concepto de que este thriller policíaco estuviera protagonizado por un mentalista que fuera el encargado de utilizar sus técnicas y métodos para intentar desenmascarar al autor de una serie de asesinatos. Esta premisa sí me ha gustado y me ha parecido una adición innovadora al género. El principal inconveniente que he encontrado ha sido la extensión del libro, exagerada e innecesaria. En esta historia sobran páginas, se meten demasiados detalles de las vidas personales de los protagonistas que no aportan a la trama ni a la construcción de los personajes (algunos de los cuales no me han parecido muy realistas, sino más bien un conjunto de clichés) y que en cambio entorpecen la acción y nos desconectan un poco de la trama principal de los asesinatos. Esta trama sí me ha resultado bien hilada, con unas pistas dosificadas en su justa medida y en el momento oportuno, dejando que el lector haga sus propias suposiciones pero consiguiendo sorprender al final. En general, este libro no ha cumplido con mis expectativas aunque sé que con unas páginas de menos y un mayor enfoque al misterio principal, hubiese disfrutado mucho más de la lectura, pues la forma de escribir de la autora sigue siendo tan buena como siempre. |
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