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Leer a Stieg Larsson en "Los hombres que no amaban a las mujeres" es una experiencia inmejorable. He leído el género en Alicia Giménez Bartlett, John Katzenbach e incluso Ariana Godoy; no obstante, en ninguna ocasión pude crear esa resistencia a la incertidumbre como lo hice con Larsson, hablo de esa firmeza que se impone al evitar preguntar (quizá a nosotros mismos) el "¿Qué va a pasar?" Los hombres que no amaban a las mujeres, siempre nos deja entre puntos suspensivos al finalizar cada capítulo y aún eso, siempre retoma un hecho importante que no se había terminado de desarrollar, de la misma manera no noté que se haya dejado algún cavo suelto al concluir el libro y de haber sido así lo más lógico sería que se desenvuelva en los libros posteriores. A pesar de estar tan bien desarrollada, eventualmente llegas a notar lo fantasiosos que pueden ser los personajes, esto no afecta en la narración como tal, pero al momento de hacer un análisis general te das cuenta de que no puede pasar de la manera que nos lo están contando, siempre existen las repercusiones y en esta obra nos presentaron personajes "perfectos" y sin carácter realista. |
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