Robo

Siempre era más fácil cuando la rabia se había esfumado. Cuando la desesperanza ocupaba su lugar. Cuando la sensación de que nada importaba lo más mínimo golpeaba con toda su fuerza.

No te poseo, eres libre. Sólo eres mía en calidad de préstamo.

Elsa se sintió desnuda. Era una sensación desagradable, como si se hubiera abierto a alguien que solo la había escuchado a medias.

Ser sami era llevar consigo la propia historia, enfrentarse a esa responsabilidad de niño y elegir si aceptarla o no. Pero ¿cómo atreverse a elegir otra cosa que no fuera cargar con la historia de tu familia y transmitir el legado?