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Seguimos a Meg Murry, una niña problemática con dificultades para adaptarse, que tiene unos padres científicos brillantes. Pero a Meg la oprime una tristeza: su padre salió hace años y de repente las cartas dejaron de llegar. Junto a su hermano prodigio Charles Wallace y su inesperado y nuevo amigo Calvin se encontrarán con las señoras Which, Who y Whatsit, quien las guiarán en un increíble viaje a través de "arrugar el tiempo". Este es un libro infantil, así que la narrativa es sencilla y no complica demasiado la historia o el mundo que crea: pese a ello, es una historia fascinante. El cómo viajan, "arrugando el tiempo", suena verosímil y lo explican de manera simple: la historia te mantiene interesado todo el tiempo. Los personajes tienen profundidad: sus propios problemas, anhelos, ambiciones y defectos. Me encantó el personaje de Meg: es una chica lista que tiene problemas de temperamento, los cuales se exacerban con el constante comparamiento con sus hermanos gemelos aplicados o sus padres brillantes. Madeleine crea personajes soberbios, enfurecidos, ingenuos, nobles, fieles, cariñosos y compasivos. Nos habla sobre el desencanto de descubrir que nuestros padres no son perfectos y no pueden resolverlo todo; apreciar las cosas que tenemos, aunque en otros aspectos nos vaya mal; a no perder la esperanza; que a veces nuestros defectos son nuestras mayores fortalezas y a ser valientes a pesar del miedo. |
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