Me di la vuelta lentamente, podía sentir su presencia, era como una fuerza que envolvía el aire. Como un imán que hacía girarme y mirarle. Lo primero que sentí fue su dulce aroma, que me inundó los sentidos y me hizo temblar de ansiedad por correr hacia él y hundir mis labios en su garganta, mientras que absorbía todo su exquisito aroma.
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