Un tiempo para recordar

Después de un desastroso día en el que sus planes de futuro se van al traste Laura se despierta en mayo de 1801 en Menorca.
No recuerda absolutamente nada de lo que le ha ocurrido en las últimas horas y mucho menos de cómo ha llegado hasta ahí.
¿En qué momento ha cambiado de siglo?
¿Es un sueño? ¿Una pesadilla? ¿Ha muerto?

La casa en la que Laura ha despertado es propiedad de Sebastián, un capitán general del ejército inglés que vive con su hermana y su cuñado.

Ella intenta adaptarse a la situación y encontrar un explicación al salto temporal.
Él lucha contra sus propios demonios y la atracción que siente por ella.

No os quiero contar mucho más porque es una historia corta (170 páginas) que pensaréis que son pocas para que haya una historia de amor, intrigas, traiciones y viajes en el tiempo... pero no, hay sitio para todo y, al final, todo encaja a la perfección.
Tengo que confesar que no lo he visto venir, y os aseguro que me he pasado la lectura especulando sobre todo lo que les iba ocurriendo a nuestros protagonistas porque no me fiaba de nadie.

Así que os recomiendo mucho esta historia, que se lee en un suspiro porque cuando la coges no puedes soltarla, y que además es ideal para alternar con otras lecturas más densas.