Un tiempo para recordar

Imagínate abrir los ojos y que lo último que recuerdes es que volvías de una reunión que no ha salido bien y en la que han rechazado tu manuscrito. Menuda faena. Pero más faena es darte cuenta de que no estás en tu casa cuando abres los ojos. Ni en tu ciudad. Ni en tu época.

Laura se despierta, tras una mala reunión en Madrid, en Menorca... en el siglo XIX en una casa señorial, con conde y todo.

Sebastian, sexto conde de Essex y capitán del ejército británico es el señor de la casa, y vive allí con su hermana y su cuñado.
Acogen a Laura y a su prima, las cuales han sufrido un accidente y deben guardar reposo por recomendación del doctor.

No entiende que hace ahí, no conoce a la gente que la rodea, pero tampoco se le hace extraño. Poco tardará en acostumbrarse a la situación, pero ¿qué está pasando?

No quiero contaros mucho, en un libro tan cortito es mejor ir sin mucha información. Solo diré que, sin ser yo lectora de romántica ni nada de eso, me duró está historia una tarde. La devoré.

Capítulos cortos, una trama super intrigante, un romance no muy intenso, ese salto temporal y el misterio que rodea a cada uno de los personajes, sumado a ese plot final que para nada me esperaba y que hizo que todo encajara, hacen de esta una historia muy disfrutable.