Tenía muchas expectativas con este libro y he de decir que las ha cumplido todas; lo que hace Rebecca es pura magia. Es cierto que es un libro denso, donde hay mucha descripción y anotaciones y en parte por eso hasta que no pasaron las 200 primeras páginas no entré de lleno en la historia. Pese a lo anterior, el libro va tomando ritmo poco a poco hasta llegar al nudo, donde todo cambia. A partir de la mitad es imposible dejar de leer. Creo que la autora construye unos personajes maravillosos y que van evolucionando conforme a las circunstancias. Me han encantado todos, me ha gustado que haya capítulos dedicados a la vida de cada uno de ellos. Robin, Victoire y Rami siempre van a tener un lugar en mi corazón, al igual que Griffin y Anthony. Rebecca crea una crítica desgarradora al colonialismo del siglo XIX pero que te hace reflexionar sobre la realidad social y política de nuestros días, pues todo lo que ocurre se puede extrapolar a la actualidad. Además, el lenguaje y las lenguas están muy presentes en toda la historia, algo lógico dado que Babel es una academia de traducción, y yo eso, como filóloga, lo he disfrutado de principio a fin. Sin lugar a dudas, este libro es una auténtica obra de arte 😍😍 |