Un suspiro. Es la única desventaja de este libro, que te dura lo que tardas en deshacer un caramelo en tu boca. Pero si te detienes para adentrarte en las palabras de Kristof prolongas la lectura y ensanchas tu comprensión del mundo en el que se sumerge muy a su pesar una persona refugiada que deja atrás un país y una historia de vida que inevitablemente se van desvaneciendo. La corta longitud del texto no impide sentir la intensidad emocional del desarraigo y de la pérdida. Cultura, lengua, política e identidad se conjugan como sistema, y configuran formas particulares de ser y de estar en el mundo; de sentir y de experimentar las circunstancias a las que uno se enfrenta. Por suerte, la lectura y la escritura tienen capacidad redentora, y esto lo expone #agotakristof con profunda belleza en una lengua « enemiga ».
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