Ingeniería literaria. Son las palabras que para mi mejor definen la magistral creación que Agota construyó en este tríptico. Como lectora he vivido una experiencia única porque la autora hace experimentos con nuestras percepciones y sentires. La prosa es aséptica, casi minimalista, y sin embargo, cada palabra me traspasó como una bala. No perdáis tiempo con otros libros existiendo "Claus y Lucas". El mejor personaje que tiene es "LA ESCRITURA" como acción terapéutica, evasora y exorcizadora de la crudeza del vivir. |